¡Demos vacaciones a nuestra alma!
Llevémosla más cerca de Dios.
Con un poco más de tiempo y sin andar corriendo y con prisas, será hermoso aumentar en cantidad y en calidad el tiempo que estemos en contacto con Cristo, Nuestro Señor.
No importa dónde estés, no importa si viajaste o te quedaste en tu lugar de siempre, como en esta época del año todos o casi todos, disminuyen su trajín diario, seguramente tendrás más y mejor oportunidad de entablar una conversación con Dios, y de manera sincera, sencilla, calmada y con mucha fe, esperar ser escuchado. El propio Evangelio lo dice… Marta lo recibió en su casa, María escogió la mejor parte (Luc 10, 38-42).
Éste es un tiempo de quietud para tu alma y un gran regalo para Dios, que siempre está ansioso que le compartas tus penas y alegrías, tus éxitos y tus fracasos, tus anhelos y decepciones, que aunque Él ya conoce todo de ti, le gusta escucharte, sabiendo que tomas conciencia de tu propia realidad, para recurrir y abandonarte en Él.
Tomado de Catholic.net
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