Las promesas son costumbres paganas, no son costumbres del pueblo de Dios ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento
Algunos hacen promesas intentando negociar con Dios, intentando comprarlo. Tu entiendes que es lo que Dios quiere de ti, ve y hazlo pero no pretendas comprarlo con promesas porque te puede salir el tiro por la culata como le pasó a Jefté (Jueces 11, 29-39) que le ofreció a Dios que si ganaba la batalla le entregaría en sacrificio la primera persona que consiguiera al regresar a su casa. Ganó la batalla y al llegar a su casa, su hija
única salió a su encuentro, tan contenta estaba de ver a su padre que bailaba acompañándose de pandereta. Jefté para cumplir la promesa la Sacrificó.
No trates de comprar a Dios. Si das una limosna que sea en libertad, si oras que sea en libertad, si ayunas que sea en libertad, que sea porque lo sientes así, no para comprar a Dios, sino porque desde tu convicción de fe te nace hacerlo de esa manera. Pide a Dios todo lo que necesites pero no trates de comprarlo.
Adaptado de Linero. Día a Día. Caracol TV. 22-ago-2013
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