No caigan en la tentación de ser cristianos sin Cristo, de ser cristianos "líquidos" que fundan su vida sobre la arena y no sobre la roca que es Jesús, pero tampoco sean cristianos demasiado rígidos que olvidan la alegría.
Los cristianos “líquidos” creen en Cristo, pero en un Cristo difuso, no en el Jesucristo que da el fundamento; y los rígidos creen que la vida cristiana se debe tomar tan seriamente que terminan por confundir solidez, firmeza, con rigidez. Los primeros tienen cierta ‘alegría’ superficial. Los otros viven en un velorio continuo y no saben qué cosa es la alegría cristiana. No saben gozar la vida que Jesús nos da, porque no saben hablar con Jesús. No se sienten con esa firmeza que da la presencia de Jesús. Y no sólo no tienen alegría, tampoco tienen libertad.
Los primeros son esclavos de la superficialidad de la vida difusa, y los segundos son esclavos de la rigidez, no son libres. En su vida, el Espíritu Santo no encuentra lugar. El Señor nos invita hoy a construir nuestra vida cristiana sobre Él, la roca, el que nos da la libertad, el que nos envía el Espíritu, el que nos hace ir hacia delante con alegría.
Adaptado de la homilía del Papa Francisco. VATICANO, 27 Jun. 13 ACI/EWTN Noticias
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