Es normal que después de un tiempo de lucha nos sintamos cansados y tengamos una tendencia escapista ante las situaciones que pareciera que no podemos resolver. Eso forma parte de lo que pasa en el corazón del hombre. Eso es humano pues los hombres queremos que nuestro sacrificio tenga recompensa, pero cuando esa recompensa no llega, el cansancio se apodera de nosotros en forma de desgano. En estas situaciones hay que hacer dos cosas:
1. Adentrarse en las interioridades del corazón para buscar soluciones, pues los problemas siguen allí y tienes que resolverlos. Tu eres dueño de ti y tu mismo tienes que conseguir motivaciones que te hagan seguir adelante. Tienes que hacerte dueño de tu diario vivir y estar siempre a la búsqueda de motivaciones que te lleven a seguir adelante.
2. Tienes que ir a la presencia de Dios y decirle en este momento vengo para que me ayudes a conseguir motivación para seguir adelante.
Pienso en los padres de familia que buscan resolver los problemas de sus hijos y lo que encuentran son dificultades, en las parejas que luchan por conseguir soluciones a sus desencuentros y lo que consiguen son más problemas, en los desempleados que buscan trabajo y lo que consiguen es que les tiren las puertas a su cara, en los enfermos que buscan sanación y no la encuentran.
La vida está cargada de situaciones complejas donde uno tiene que batallar para vencer, el enemigo es fuerte y a veces te tumba. Muchas veces las cosas no salen como tú quieres y en muchas otras aparece gente empedernida en ponerte obstáculos que tú tienes que sobreponer.
Cuando creas que todo está perdido te equivocas, no tires la toalla, siempre puedes ganarle a los problemas. No te canses de luchar
Adaptado de Linero. Día a Día. Caracol TV. 5-ago-2013
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