FRANCISCO: María está en el Paraíso; San Pedro no siempre
abre la puerta cuando llegan los pecadores y por eso María sufre un poco, pero
se queda quieta.
Y en la noche, cuando se cierran las puertas del Paraíso,
cuando nadie ve u oye nada, María la abre y hace entrar a todos.
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María siempre abre la puerta |
HERMANA CLARISA: Esta vocación a la vida contemplativa, de
clausura, hoy no es comprendida por nadie, (…). En el silencio, en la
oscuridad, en la noche, cuando nadie ve y nadie sabe ni escucha, ¡cuánta gente
pasa delante de los monasterios de vida contemplativa y no saben ni siquiera
por qué están ahí!. En este silencio, en esta noche, se da nuestra misión:
poder abrir las puertas del Paraíso para hacer entrar a toda la humanidad, a
todos los hombres, hermanos y hermanas que tal vez ni siquiera conocen, saben o
no tienen el don de la fe. Como María, abrir esa puerta, dar confianza,
esperanza. Nadie sabe, pero eso no importa. ¡Importa que lo sepa Dios y que lo
sepa María!
Adaptado de: Encuentro del Papa Francisco con las hermanas
Clarisas. VATICANO, 15-ago-2013 (ACI).-.
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