Cuando uno se compara y ve que el otro está mejor que uno comienzan a brotar sentimientos que no están bien: éste no ha sido tan bueno como yo y mira como le va, éste no estudió tanto como yo y mira cómo le va, éste no se sacrificó tanto como yo y mira cómo le va; y entonces comienzan a surgir los sentimientos más viles en tu corazón humano. Confiemos en que Dios nos bendice, en que nos ha hecho únicos e irrepetibles, en que nos ha dado todo lo que necesitamos y no nos comparemos con nadie pues si lo haces llegará el momento que te pudrirás por dentro e incluso llegaran hasta ti somatizaciones del organismo que te harán daño
En vez de tener esos sentimientos y en lugar de querer dañar a quienes les va mejor que a tí, aunque sea injustamente, ora por ellos. Creo poco en el buen deseo de aquellos que prestan su lengua para destruir la dignidad del otro porque le va mejor que a ti, sea cual sea la causa de ello.
Que esa decisión de orar por quienes les va mejor que a ti sea una de las cosas que te muevan a actuar y a seguir adelante.
Adaptado de Linero, Día a Día, Caracol TV, 19-jul-13
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