2. La presencia de Jesús hizo de su vida un antes y un después. Dice el Evangelio que la presencia de Jesús hizo que de su corazón salieran siete demonios. No sabemos a qué se refiere esa metáfora, lo importante es saber que si tú te dispones Él te hace un nuevo ser. Abre tu corazón para que Jesús entre en él. La presencia de Jesús en nuestra vida tiene que hacernos vivir de una manera distinta. Es muy fácil decir soy discípulo de Jesús y seguir siendo el mismo. Tienes que cambiar.
3. Fue testigo de la Resurrección y la anunció, compartió su experiencia con los demás. Jesús resucitó y a la primera persona que se muestra es a María Magdalena. Ella va al sepulcro encuentra dos ángeles vestidos de blanco que le preguntan “mujer, porque lloras?, ella les respondió: porque se han llevado a mi Señor y no se donde lo han puesto” María Magdalena se da media vuelta, y ve a Jesús pero no lo reconoce, Jesús pronunció su nombre y es entonces cuando lo reconoce como su maestro, entonces va corriendo donde están los discípulos a contarles lo que ha vivido. Ese es un proceso de conversión. Tú te has encontrado con el resucitado?. Ábrete a la acción del resucitado y no te engolosines con esa experiencia sino que sale a compartirla.
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