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Quiero compartir con todos los lectores, estas pastillitas, que mi hermano mayor me regala casi todas las mañanas. Reúnen las cualidades de ser profundas pero sencillas , de rápida lectura y de acción prolongada en sus beneficios , gracias Germán .

viernes, 14 de junio de 2013

LA FELICIDAD ES UN VIAJE, NO UNA META

LA FELICIDAD ES UN VIAJE
Un banquero estaba en el muelle de un pueblito cuando llegó un pescador en su bote.
Dentro del bote había varios atunes de buen tamaño. El banquero felicitó al pescador y le preguntó: ¿cuánto tiempo te tomó pescarlos? El pescador respondió que sólo un de poco tiempo. Luego le preguntó ¿por qué no pesca más tiempo y saca más pescado? El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades de su familia. El banquero luego le preguntó ¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo? El pescador dijo: “después de pescar, descanso un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, voy al pueblo por  las noches  donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos. Tengo una vida “placentera y ocupada”.

El banquero replicó, “Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, después con las ganancias podrías comprar varios botes, y eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario, lo podrías hacer directamente a un procesador, y eventualmente abrir tu propia procesadora. Podrías así mismo controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a La Capital, donde manejarías tu empresa en expansión”.

El pescador preguntó, ¿Pero, cuánto tiempo tarda todo eso? A lo cual respondió el americano, “entre 15 y 20 años”. “¿Y luego qué?” El banquero se rio y dijo “esa es la mejor parte; cuando llegue la hora crearás una empresa y venderás las acciones al público. Te volverás rico, tendrás millones, luego te puedes retirar. Te mudas a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tomas vino y tocas guitarra con tus amigos”. El pescador respondió: “¿Acaso eso no es lo que tengo ya?”

Cuántas vidas se desperdician buscando una felicidad que ya se tiene pero que muchas veces no vemos. La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos, y no sentirnos mal por aquello que no tenemos.


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