La frustración más común es la de sentirte decepcionado porque alguien no procede como tu esperas, por eso terminas sintiéndote frustrado y decepcionado. Esto te pasa cuando tu madurez no tiene capacidad para comprender que las personas no están obligadas a pensar y actuar como tu esperas.
Cada uno es libre y dueño de su proceder, y sabe cuáles son los valores que lo impulsan a actuar y muy probablemente sus valores son diferentes a los tuyos. Comprender esto no es fácil; pero es lo que debes hacer.
En estos días alguien me decía: "pero es que yo hubiera actuado de otra manera". Claro, pero eso no significa que esa otra persona este obligada a hacerlo como tu lo harías. Si reconoces esta posición serás capaz de aceptar los comportamientos de los otros como lo que son: acciones que puedes juzgar mal o bien, que pueden ser correctas o no pero que no tienen porque afectarte interiormente. Se trata de aprender a no esperar nada de los otros, son tus expectativas las que te llevan a esas frustraciones. A veces tus expectativas son absolutamente “locas”, porque esperas lo que los otros no van a hacer. Y los demás no son responsables de esa frustración, sino tu mismo.
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