
Así como Jesús dio la vida por salvar a otros, san Maximiliano Kolbe lo hizo por su compañero de prisión, san Maximiliano se vuelve así un testigo valioso para un mundo donde solo el “yo” es importante. Nos muestra que es posible darse por los demás que es posible vivir dando bendición al otro. Lo hace para que los cristianos entendamos que la razón de ser de nuestra vida es ayudar a los demás. La vida no se hace desde el egoísmo, la vida de los que seguimos a Cristo se hace desde la entrega, desde el servicio. Hay mucha más alegría en dar que en recibir. Nos hemos acostumbrado a tener siempre más y se nos ha olvidado ayudar a los demás.
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