
El odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida.
La ternura no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor.
Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio.
Solo el que sirve con amor sabe custodiar.
También hoy, ante tantos cúmulos de cielo gris, hemos de ver la luz de la esperanza y dar nosotros mismos esperanza.
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