La Navidad lejos de representar hallacas,
fiestas, regalos, licor, jamón planchado, cohetes, representa el principio del nuevo diálogo que entabló Dios con nosotros.
En la primera Nochebuena, Dios Padre, mediante el nacimiento
de su Hijo Jesucristo, reparó la línea de comunicación con nosotros que se
había cortado a fin de que pudiéramos restablecer con Él la comunión que
habíamos perdido.
Él está esperando que respondamos a la llamada celestial que nos
hizo por medio de su Hijo. Pues es mediante esa conversación que restablecemos
la conexión y mostramos que comprendemos el verdadero sentido de la Navidad.
Este día es una oportunidad para reflexionar sobre el más grande
amor demostrado hacia la humanidad. El amor eterno de Dios.
“De tal manera amó Dios a este
mundo, que envió a su único Hijo, Jesucristo, para que todo aquel que en él
crea no se pierda, más tenga vida eterna” Juan 3:16.
No hay comentarios:
Publicar un comentario