¿Te has puesto a observar la actitud de los pájaros ante las
adversidades?
Están días y días haciendo su nido, trayendo materiales desde largas distancias y cuando ya el nido está terminado, las
inclemencias del tiempo o la obra del ser humano o de algún animal lo destruye y
tira por el suelo.
¿Qué hace el pájaro? Recomienza
una y otra vez, hasta que en el nido aparecen los primeros huevos. El pájaro jamás
enmudece ni retrocede, sigue cantando y construyendo, construyendo y cantando.
Por más que te golpee la vida no te entregues nunca, di una
oración, pon tu esperanza al frente y arremete. No te preocupes si en la
batalla sufres alguna herida, es de esperar que algo así suceda. Junta los
pedazos de tu esperanza, ármala de nuevo y vuelve a arremeter.
La vida es un desafío constante que vale la pena aceptar. Y recuerda
la promesa de
Dios: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu
Dios; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”
(Isaías 41:10)
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