
1) Tomar conciencia de nuestras actitudes de pecado, que nos demos cuenta que los pecados niegan el amor de Dios en nuestra vida y la hacen árida, porque acaba relaciones interpersonales, destruye familias y hasta desbarata sueños y expectativas
2) Pedir la gracia de Dios para que nos de su fuerza y así enfrentar todo lo que no nos deja ser libres ante las tentaciones.
Adaptado de: Linero. Oracional Diario No. 140. 2-jun-2014
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