
Los discípulos despiertan al Maestro con gritos de auxilio, y en un momento, como si se hubieran despertado de un sueño, todo queda en una profunda tranquilidad. Lo que le dolió a Jesús fue encontrar tan poca fe en aquellos que estaban con Él. De allí la pregunta reproche: “¿por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?”
Pidámosle a Cristo que aumente nuestra fe en los momentos difíciles, para saber y comprender que Él está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Adaptado de Samuel Hurtado. Catholic.net. 01-jul-2014
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