La vida hay que pensarla, hay que planificarla, hay que ponerle
creatividad para sacarla adelante y no esperar que todo caiga del cielo.
No estoy de acuerdo
con aquellos que pasan el tiempo lamentándose
por lo que no tienen o de los que viven añorando situaciones que dejaron
pasar que pudieron haber sido exitosas, o envidiando lo que tienen
otros o criticándolos.
Si gastaran ese tiempo para generar ideas se beneficiarían más y verían
más
posibilidades para elegir los mejores caminos para alcanzar el éxito.
Una vez seleccionemos una idea, un camino a seguir, debemos
permanecer en él, no podemos cambiar de idea todos los meses pues nuestra vida
se llenaría de ideas sin ejecutar.
Para que esas ideas sean viables deben coincidir con
nuestras capacidades y posibilidades y debemos tener claro los objetivos y las
metas que tratamos de alcanzar. De otra manera corremos el riesgo de convertiremos
en soñadores.
Una vida pensada es una vida organizada que permite obtener
resultados positivos y gratificantes.
El Man está Vivo
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