En la época de San Pablo la misa tenía dos partes: La
primera parte era un ágape donde compartían quienes participaban y la segunda
era la celebración.
En la carta a los Corintios San
Pablo se queja de que en la
primera parte los ricos no compartían con los pobres dividiendo la
comunidad en dos grupos, los ricos y los pobres y eso era inaceptable,
pues la eucaristía tiene dos dimensiones
la vertical de compartir con el Señor y la horizontal de compartir con
los que
están a nuestro alrededor. Pablo les reclama que están perdiendo la
dimensión horizontal.
Hoy seguimos celebrando como entonces, estamos pendientes de la relación
vertical y
olvidamos la horizontal. Allí surge una pregunta: ¿como puedo hacer
comunión
con el que no veo si no la hago con los que veo?
Ese es el sentido del rito de la paz que se hace en la
Eucaristía, la paz no es para decirle al otro “la paz esté contigo” sino es reconocer que
es mi hermano, que juntos formamos la Iglesia. La actitud religiosa verdadera
se da cuando sirvo al hermano, cuando vivo en comunidad con él, cuando vivo a
favor de aquel que me necesita. Que importante es que aprendamos a abrir la
mano para ayudar al otro. Que importante es que vivamos a la manera de Jesús.
linero día a día
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