Las relaciones humanas no son tan fáciles como algunos creen
pero tampoco son imposibles. Construimos relaciones complicadas cuando no buscamos
comprender al otro, sino que el otro me comprenda a mí; que el otro busque lo
que yo busco y quiera lo que yo quiero. Las relaciones sanas se construyen a
partir del reconocimiento de la singularidad de las otras personas, que es
tan válida y tan importante como la mía. Como mi originalidad es válida y pido
respeto para ella, pues de igual forma tengo que valorar la originalidad de los
otros.
Si quieres mejorar tus relaciones, mejora especialmente tu tendencia a
imponer lo que crees que los otros deben ser o hacer, vivir o sentir. Déjalos
ser libres como tu esperas ser libre y verás la diferencia que hay entre la
relación tormentosa que tienes ahora y la que podrás tener en el
futuro. Siempre vas a necesitar relacionarte con alguien, siempre tendrás que
estar en sociedad, porque los seres humanos tenemos que vivir con otros, los
necesitamos, entonces qué mejor forma que encontrar en el respeto y la
valoración, una convivencia más sana, más incluyente, más amable. Seguro que
también los demás responderán de la misma forma que tu lo hagas.
P. Alberto Linero
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