No importa mi edad, siempre tengo que ser competente para hacer lo que me corresponde.
1. Mantente mejorando
todos los días. Hay que buscar siempre maneras de crecer, maneras de
mejorar.
Uno no puede quedarse satisfecho con los conocimientos que tiene. No
asumas la actitud mediocre de decir: “eso ya lo se”. Todos lo días
tienes
que estar dispuesto a mejorar en pensamiento, en destrezas, no importa
tu edad.
Todos los días tienes que interpelarte acerca de las habilidades que
tienes y
ver como las mejoras o buscas más habilidades. Nunca te consideres una
persona que ya sabe
todo. Todos los días tienes que leer, tienes que estudiar, tienes que
aprender. Hay que tener por
objetivo la plenitud. Nosotros los cristianos tenemos que identificarnos
con el
Maestro. No puedo contentarme con lo bueno que hago sino que todos los
días tengo
que preguntarme: “que mas puedo hacer?”
2. Busca siempre la
excelencia
3. Revisa todos los triunfos que has tenido en tu vida y todas las etapas que has superado.
Así te darás cuenta como vas cumpliendo las
metas que te impusiste en el pasado y como cumplirás las nuevas que te impongas ahora. No revises
tu lista de frustraciones, revisa tu lista de logros, mira todas las cosas que
has superado y piensa que si alcanzaste esas cosas puedes alcanzar
muchas más.
4. Déjate influenciar
por gente triunfadora, no te dejes influenciar por fracasados. Mira hacia la
gente que proyecta sus logros y sigue su ejemplo.
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