
Este Evangelio es engañador para quien lo lee superficialmente:
¿es malo tener grandes cosechas? ¿es malo construir graneros donde guardarlas?
Nada de eso. Cristo elogiará siempre a los hombres sagaces y prudentes.
El problema está en el alma. El desdichado protagonista de la parábola
invita al alma a descansar, a dejar todo esfuerzo porque tiene todo lo
suficiente para vivir. Cristo está refiriéndose en estas líneas a la eterna
tentación de todo pueblo y toda persona que alcanza cierto nivel de bienestar:
creer que ya no necesita de Dios por tener cubiertas las necesidades
corporales.
La vida es el periodo corto de tiempo que tenemos para decidir nuestra
eternidad, y para amar. Cada día mueren millones de personas, un día será el
tuyo y el mío. Un día todo esto habrá acabado y esperamos que ese día sea el
mejor de nuestra vida. Hemos de trabajar sin descanso, pensando en el día que
todo será descanso.
Señor Jesús, Ayúdame a tener claras mis prioridades: Tú, primero, y luego
todo lo demás, según me lleven hacia Ti. Dame la sabiduría para saber que la
vida es corta y debo vivirla sólo para Ti.
Blog Pastillitas
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