El
hombre de hoy tiene miedo del aburrimiento. Nada lo asusta más que estar
aburrido. Pero hace todo lo posible por aburrirse, pues una vida que se
construye desde lo superfluo conduce al hastío. Un proyecto de vida que es
guiado por la urgencia de lo material y del egoísmo, termina sumido en rutina
que le quita todo el sentido a la vida y la hace gris y aburrida. ¿Cómo no
aburrirse? Miro la vida de Jesucristo y veo a alguien sin trazos de
aburrimiento. Por eso creo que Él es el modelo para todos aquellos que no
quieran aburrirse. 1. Jesús vive la vida desde la hondura de Dios, deja que esa
fuerza de Dios que nos llena, lo empuje a actuar y a asumir los retos y los
desafíos. No se deja capturar por la ilusión que producen los bajos valores;
sino que está siempre buscando el encuentro con El Padre Dios. No hay tiempo
para aburrirse en la vida de un hombre al que el Espíritu reta todos los días,
incomodándolo para que rompa ataduras y deje a un lado el confort que adormece.
2. Habla de Dios y dice lo que Dios le manda así cause rechazo y rabia entre
quienes lo escuchan. No quiere acomodarse al "modo" que hace que los
hombres pierdan las ganas y las ansias de vivir. Su palabra incomoda a los
otros y asume las consecuencias. 3. Su vida no es una vida que corre tras de
cualquier ilusión, no se deja arrastrar por cualquier viento; sino que está
orientada por la misión que le ha dado su Padre Dios. 4. Sabe renunciar, sabe
dejar a un lado, sabe apartarse. Nosotros a veces nos aburrimos porque los
proyectos que hacemos se quedan sin sentido y no somos capaces de dejarlos y
encontrar otros. Jesús sabe irse; sabe encontrar nuevos espacios en donde
cumplir su misión.
Adaptado de: http://padrelinero.blogspot.com/
Blog Pastillitas
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