
El último mandato que nos dejó Jesucristo en el momento de su Ascensión al Cielo fue "Vayan y prediquen el Evangelio a toda creatura". Todo cristiano tiene por vocación llevar la buena nueva a los demás. Empecemos el apostolado en la casa y en el trabajo. Luego vayamos más allá.
No podemos dejar a los sacerdotes y catequistas toda la tarea de evangelización. No. Nos corresponde a todos como cristianos colaborar con la oración y con la acción en el apostolado.
Adaptado de: P Clemente González | Fuente: Catholic.net
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