Dios
asignó a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino
de la
salvación mientras está en este mundo. Por eso desde que eras pequeño te
enseñamos a pedirle por la mañana y por la noche a tu ángel de la
guarda que te acompañara
La misión de los ángeles de la guarda es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le presta auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.
Para que la relación de la persona con el ángel de la guarda sea eficaz, necesitas hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Confía en tu ángel de la guarda y pídele ayuda, pues además de que él te guía y te protege, está cerca de Dios y le dice directamente lo que queremos o necesitamos
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