La historia de Saqueo un
día pueda ser la historia tuya
Saqueo tenía un cargo
muy importante, era un hombre rico pero no se sentía satisfecho. Saqueo desea ver
a Jesús, pues aunque cree que lo tiene todo siente que le falta algo.
Saqueo tiene deseos de
ver a Jesús y lo va a buscar donde esté. Toma la decisión de vencer los
obstáculos
que tiene: su baja estatura que representa sus ideales chiquitos, y los
prejuicios de la gente que no lo dejaban acercarse a Jesús. Muchos no
buscan a Jesús
porque tienen miedo de que los critiquen. Si uno quiere buscar a Jesús
tiene
que quitarse de encima el prejuicio del “qué dirán”. A Saqueo no le da
miedo hacer
el ridículo, se sube a un árbol para ver a Jesús y entonces el buscador
es
encontrado. Dios toma la iniciativa, lo ve, lo llama por su nombre y le
ofrece su
amistad. Jesús entra a la casa de Saqueo, come con él y lo escucha. Los
efectos
del encuentro cambian la vida de Saqueo, cambian su manera de mirar la
vida, el
que antes solo se miraba a sí mismo ahora piensa en los demás, tanto así
ofrece la mitad de sus bienes a los pobres. Su relación con
Dios se manifiesta en un cambio de su relación con los pobres.
Su fe se
manifiesta en un cambio de manera de pensar y un cambio en la manera de actuar.
Saqueo no ofrece rezar más rosarios ni ir a más misas, Saqueo va mas allá y ofrece cambiar
su forma de ser y dar con su vida testimonio de Jesús.
Adaptado de Linero.
Homilía 24-nov-2013. Caracol TV
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