Jeremías fue un profeta del Antiguo Testamento a quien el Señor llamó cuando aún era muy joven, para que anunciara a sus paisanos y contemporáneos lo que ellos no querían oír. Jeremías anunció la
invasión y el exilio de los israelitas a Babilonia que vendría como un castigo por la violencia y la corrupción de su pueblo, decía: “Hablan de paz, pero no hay paz”. Jeremías desafió
la política y el
paganismo de los reyes de Judea, le tocó enfrentar lo que hoy llamamos
opinión pública, lo hizo y consiguió el desprecio, el señalamiento, la
burla y el
ataque de todos. Por momentos Jeremías reclamó a Dios lo que le estaba
sucediendo
con la tarea que le había mandado a hacer, pero no se rindió, siguió su
lucha hasta el final.
Muchas veces nos corresponde hacer lo de
Jeremías, decir verdades incómodas y es probable que nos miren con desprecio
por no decir lo que todo el mundo quiere oír sino lo que nosotros creemos que
debemos decir. Todos se burlan de Jeremías por anunciar la verdad que Dios y
todos se pueden burlar de nosotros por tratar de hacer lo mismo. Hoy vivimos un mundo donde todo lo que dice
Dios parece anticuado y en esto tenemos que ser como Jeremías, decir
lo que Dios anuncia y no lo que el mundo quiere oír.
Linero Caracol TV 310113
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