Quiero pensar en una realidad muy dura que es la muerte. Tenemos
conciencia de que día a día nos vamos acercarnos a ella. La experiencia mas
próxima que tenemos, que es la muerte de los otros, no la experimentamos nosotros
mismos aunque si experimentamos el dolor que sienten sus seres queridos. La
experiencia fundamental para enfrentarnos a la muerte de un ser amado es la
experiencia de la fe, meditar el misterio de Cristo que muere
y resucita. Nosotros amamos al Señor y sabemos que ese es nuestro fin verdadero.
Para nosotros la muerte es vivir en la vida de Dios, porque allí encontramos la
fuerza que necesitamos para enfrentarnos a la experiencia dolorosa de sentir partir
a los seres que amamos.
Tenemos que vivir felices porque hay algo que nadie nos
puede quitar y es lo que estamos viviendo hoy. Hoy te invito a disfrutar la
vida. Tengo que hacer de este momento el mas feliz, el momento mas pleno de la
vida. La muerte es la puerta que se nos abre a la vida de Dios. La muerte no es
el final, la muerte es acceder a la vida de Dios. Cuando celebremos a nuestros
muertos pensemos que ellos están disfrutando de la plenitud de Dios
Linero Día a Día 021112
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