La sociedad existe solo cuando está edificada sobre
principios irrenunciables. Uno de ellos es el de la confianza mutua. La
confianza y toda la vida social quedan gravemente heridas por culpa de la
mentira. Porque la mentira implica engaño, traición e injusticia.
El primero que se engaña, que se
traiciona y que se hace daño es el mentiroso pues después aunque el
mentiroso diga la verdad ya no se le cree.
Si eres mentiroso, pídele al Señor que te ayude a arrancar de tu
vida ese hábito. Dios quiere ayudarte a borrar el daño que te has hecho a ti
mismo y a los demás con las mentiras, que has dicho pero tu tienes que poner de
tu parte, tu tienes que iniciar el proceso.
Matteucci-Mirosevich-Roldan
No hay comentarios:
Publicar un comentario