- Vuelve a soñar a pesar de todo lo malo que pueda haber pasado. No dejes la posibilidad de soñar. No pierdas la ilusión, siempre tenemos que ilusionarnos por el día que llega. Si eres del Señor sueña impulsado por el Espíritu Santo.
- Comprométete a amar. El amor es fundamental para un cristiano que quiere vivir una vida nueva pero el amor sin compromiso no es amor, es fantasía.
- Acepta que el mundo no es como tú quieres que sea. Tu solo puedes transformar lo que aceptas, lo que forma parte de tu vida. Por eso para tener una vida nueva hay que aprender a aceptar que es distinto a resignarse. Solo se resignan los incapaces. Resignación es decir “lo que tú digas” mientras que aceptación es decir “lo que tú digas pero voy a ver cómo hago para que esa realidad cambie”.
- Asume riesgos. Lánzate con inteligencia y sabiduría. Asume riesgos. Si no asumes los riesgos no podrás lograr nada. Lo que no puedes hacer es arriesgarte sin razonar.
Adaptado de Linero. Homilía dominical. 5-ene-2014. Caracol TV
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