Este que no te deja en paz, que no te quiere y tampoco quiere que le quieras, que hace todo lo posible para hacerte sufrir, a este, como a todos, dale lo mejor de ti, por ofrecérselo a Dios.
Este que no te deja en paz, que no te quiere y tampoco quiere que le quieras, que hace todo lo posible para hacerte sufrir, a este, como a todos, dale lo mejor de ti, por ofrecérselo a Dios.
El dolor más grande para un ser humano es cuando se le muere un hijo. Es algo antinatural, ya que lo normal es que los hijos entierren a sus padres. Pero ese dolor se vuelve insoportable, cuando el hijo no murió; lo mataron. Es lo más triste y atroz que le puede pasar a un ser humano. ¡Es como sacarle el corazón a una persona y obligarlo a seguir viviendo!De madrugada Jesús se levantó y salió a un lugar solitario a hacer oración (Mc 1,35). A Jesús lo soporta la relación con el Padre. Ese es el sentido de toda oración. Jesús ora como ejemplo para sus discípulos y para nosotros. Él nos pide que oremos y nos da ejemplo de oración. Muchas veces nosotros somos buenos para dictar órdenes pero no vivimos según nuestro discurso. Jesús no es así, el predica la necesidad de orar y nos da ejemplo orando él mismo.
Tenemos que combinar dos actitudes: ser trabajadores y reservar momentos de día para vivir una relación tranquila y serena con el Padre. El comportamiento del Maestro marca la pauta de vida en los discípulos. Jesús está formando a sus discípulos y ese proceso no es solo a través de discursos sino sobre todo de buenos ejemplos.
Linero. El Man está vivo. Caracol TV. 19-feb-2014
Los discípulos tenían miedo miedo de afrontar los desafíos del día a día. Su atención estaba centrada en resolver las cuestiones y problemas del momento y no en mirar al Maestro que siempre estaba con ellos.
Jesús alaba a la mujer que insistentemente le pide la curación de su hija y satisface su deseo. La insistencia que es agotadora, es una actitud de la oración. Santa Teresa habla de la oración como una negociación con el Señor, y esto es posible solo cuando hay familiaridad con el Señor. Es agotador, es verdad, pero esta es la forma de conseguir de Dios una gracia. ¡Convencer al Señor con las virtudes del Señor! Yo me detendría a orar y negociar con el Señor, incluso volverme inoportuno con el Señor. Orar y alabar al Señor en las cosas buenas que tiene, y decirle que estas cosas bellas nos las envíe a nosotros, y que nos ayude.
Las personas de éxito aprovechan el tiempo en: su formación intelectual y preparación para el trabajo, en su preparación física, en la relación con su pareja y con su familia y sobre todo a su formación espiritual, a la oración y a la ayuda a los demás. 
Las tradiciones y ritos externos, sin restarles la importancia que tienen, no tendrán todo su fruto en nosotros si no logramos cambiar nuestro corazón. Esforcémonos particularmente por interiorizar el verdadero sentido de nuestras acciones apostólicas, preguntándonos en cada momento dónde está nuestro corazón. Transmitamos la coherencia de vida con la identidad de las obras externas que realizamos que deben estar enraizadas en fuertes convicciones interiores.
Judas y Pedro traicionan a Jesús pero ambos tuvieron una reacción diferente después de la traición. Judas creía que el mesianismo de Jesús significaba la expulsión de los romanos del territorio de Palestina, su decepción fue que la doctrina de Jesús es la de amar y aceptar al hermano. Me imagino que Judas traicionó a Jesús porque creía que su prendimiento lo llevaría a una reacción violenta contra los romanos. Sin embrago, durante el prendimiento, cuando Pedro corta la oreja de Malcus, Jesús responde diciendo “guarda tu espada pues el que a hierro mata a hierro muere”, y más tarde todo concluye en la crucifixión. Judas toma conciencia de su error, no resiste su traición, no resiste haberle fallado a su maestro y se suicida.
Lo más importante no es la ley religiosa lo más importante es el hombre. Jesús dijo al hombre de la mano paralizada “ponte al medio” para indicar a los asistentes a la Sinagoga de aquel día que el centro de la comunidad religiosa es el hombre y no la Ley. Nos hemos vuelto indiferentes ante las necesidades del otro. No se cómo vivimos la adoración si no entendemos que el ser humano esta esclavizado por el hambre, por el dolor y no ayudamos a resolverle su problema. Vale la pena que lo pensemos: donde está el otro en nuestra vida?
La miseria moral consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. «¡Cuántas personas han perdido el sentido de la vida, están privadas de perspectivas para el futuro y han perdido la esperanza! Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud. En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi suicidio incipiente».