Ayer celebró la Iglesia el día de la Virgen de Guadalupe
Los que nacimos en este continente tendremos siempre presente este día en el que la Virgen nos alentó con su cariño: "¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?" Son palabras que nos unen directamente al Calvario, cuando Cristo, el crucificado, le dijo a María: "He ahí a tu hijo". Son palabras que nos alivian en las mil aventuras de la vida, en los peligros, en las pruebas, en los fracasos.
María nos espera a todos, como a hijos. La América entera estará muy cerca de Dios si sabe conservar, en la fe de cada uno, su amor a la Virgen, Nuestra Señora del Tepeyac. Cuando rompamos las fronteras de la muerte y encontremos al Dios de la justicia y del perdón, sentiremos en lo más profundo del corazón el cariño de María de Guadalupe. Un amor fiel, un amor fresco, un amor de Madre, en el tiempo y en la eternidad.
Adaptado de Rodrigo Fernández de Castro De León, L.C. | Catholic.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario