Mandela nació y vivió en un horrendo sistema de apartheid donde solo la minoría blanca era gente. La justa indignación lo llevó a la violencia contra ese sistema y a una larga cárcel de 27 años en la que se encontró con su pueblo de otra manera: en la oscuridad externa se iluminó la luz interna: “Nadie tiene más amor a otro que quien da la vida por él”. Salió a dar su propia vida para que en Suráfrica negros y blancos juntos tuvieran vida. Hoy su muerte es vida espiritual y luz para la humanidad.
Tomado de: Luis Ugalde: Molesta Navidad El Nacional 12-dic-2013
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