Cristo te cuestiona hoy a ti, directamente: ¿De qué te sirve ganar el mundo entero con placeres, poderes, lujos y vanidades, con dineros, bailes y fiestas superficiales si al final pierdes tu alma?
¡Tenemos unos cuantos años para vivir en este mundo, y casi siempre dejamos de lado lo principal! ¿Qué es lo principal en esta vida? Dios, tu vida de gracia, tus valores morales y espirituales, la familia, los hijos y la total armonía con Dios y con tu prójimo. Las riquezas y los placeres materiales nos suelen fascinar tanto; el trabajo y otras obligaciones secundarias nos absorben tan en demasía que lo principal siempre se queda a un lado... ¡Así agotamos nuestra vida y olvidamos lo esencial!
Recuerda que la vida pasa demasiado rápido y que la muerte nos llega de sorpresa, inesperadamente. Cuando la puerta de esta vida se cierra para nosotros, de nada valdrán las lamentaciones.... Piensa en esto por un momento y no pases de largo ante esta llamada de Dios.....¡¡Pon, desde ahora mismo, manos a la obra!!
Adaptado de: Sergio A. Cordova LC. Catholic.net. 31-ago-2014
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