En el
evangelio de san Mateo, Jesús regresa y habla en la sinagoga de Nazaret,
Se pone entonces de relieve el estupor de
sus conciudadanos por su sabiduría quienes se preguntan:: "¿No es este
el hijo del carpintero?". Jesús entra en nuestra historia, viene en
medio
de nosotros, naciendo de María por obra de Dios, pero con la presencia
de san
José, el padre legal que lo protege y le enseña su trabajo. Jesús nace
y vive en una familia, aprendiendo de san José el oficio
de carpintero, compartiendo con él el trabajo, la
fatiga, la satisfacción y también las dificultades de cada día.
Esto nos remite a la dignidad y a la importancia del trabajo. El libro
del Génesis narra que Dios creó al hombre y a la mujer confiándoles la tarea de
llenar la tierra y dominarla, lo que no significa explotarla, sino cultivarla y
protegerla, cuidar de ella con el propio trabajo. El trabajo forma parte del
plan de amor de Dios; nosotros estamos llamados a cultivar y custodiar todos
los bienes de la creación, y de este modo participamos en la obra de la
creación. El trabajo es un elemento fundamental para la dignidad de una
persona»
Adaptado de: Papa Francisco, 1 de mayo de 2013
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Quiero compartir con todos los lectores, estas pastillitas, que mi hermano mayor me regala casi todas las mañanas. Reúnen las cualidades de ser profundas pero sencillas , de rápida lectura y de acción prolongada en sus beneficios , gracias Germán .
lunes, 9 de septiembre de 2013
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